Aunque para muchos pueda resultar un tanto increíble, la gran mayoría de celebraciones que realizamos en los días festivos de Semana Santa, pueda que tenga un origen ciertamente pagano y místico,

 proveniente de creencias acumuladas a lo largo de los siglos y que ya forman parte de nuestra sociedad moderna, pero desde una perspectiva cristiana.

En Pascua estamos celebrando la muerte y resurrección de Jesucristo, pero bajo este manto de cristiandad, se esconde una serie de misticismos, simbolismos y un conglomerado cultural del que somos muy partícipes en toda Galicia.

Un buen ejemplo de esto son los Huevos de Pascua, que simbolizan la vida, el nacimiento, la llegada de la primavera, momento del año en el que los árboles florecen y se crea vida. La Semana Santa se celebra precisamente en los días en los que cae la primera luna llena después del equinoccio de primavera.

Y no solo en Galicia se celebra la Pascua con huevos, si no también en otras sociedades, como la nórdica, la estadounidense o la canadiense, lugares donde, el Domingo de Pascua, se pintan huevos de diferentes colores, se esconden, y los mayores hacen que los niños los busque para comérselos. En otros lugares como en China, continúan a usar huevos de distintos colores en sus festivales más sagrados.

Según la tradición celta, en estas fechas celebramos la Ostara. El equinoccio de primavera, el equilibrio entre el día y la noche. Los celtas apreciaban mucho esa fecha ya que suponía el fin del crudo invierno y el comienzo de la primavera, el renacer. No es de extrañar que la Iglesia quisiese cristianizar esta fiesta, fijando el Domingo de Ramos, calculando el domingo siguiente a la primera luna llena tras esta fecha, la Ostara. (Uno de los cuatro sabbats menores o aquelarres, dentro del Calendario Wicca, La Rueda del Año.)

En otras ocasiones ya os hemos hablado de alguna de las 8 festividades en las que se divide el año según el Calendario Wicca, como el Samhaín, o el Yule.

Y es que en Cabanas sin Barreras nos gutan mucho las tradiciones celtas de nuestros ancestros; leyendas e historias que contamos a los más pequeños en los rincones mágicos y místicos de la Finca da Quintenla.