Noia, tierra de leyendas y meigas

Hablar de la historia de Galicia es hablar de su período neolítico y de su megalitismo.
Galicia, el norte de Portugal hasta el río Duero, León y Zamora, forman parte de una misma zona megalítica, con arquitectura, organización social y sistemas de creencias tremendamente homogéneas. Pero, que es esto del megalitismo?
Pues no es más que el período neolítico en el que se construían los megalitos, esas estructuras realizadas con varios bloques de piedra de gran tamaño y generalmente sin labrar. Son varios los tipos de megalitos que se extienden a largo de toda la geografía gallega: túmulos, dólmenes, cistas, menhires o círculos líticos, pero todos tienen en común algo que Alfonso del Real haría célebre a través de su frase «Los habitantes del mundo megalítico morían, pero no vivían». Esto es porque los megalitos son la manifestación que a día de hoy nos queda de cómo se enterraban, o dónde reposaban los cuerpos de los muertos de aquella época, pero, por contra, nada sabemos de cómo vivían.
Los dólmenes son unas de las construcciones neolíticas más abundantes de Galicia. Dolmen de Dombate, Dolmen de Axeitos, Dolmen de As Maus de Salas, o el de Castiñeiras o los de Tordoia son sólo algunos de los dólmenes que esconden historias y tesoros del tiempo de los «mouros». O eso es lo que cuentan las leyendas sobre dólmenes, sus habitantes mágicos y los tesoros en ellos enterrados…
Se cuenta que cerca de los dólmenes gallegos habitaban aquellos seres extraños y mágicos, los «mouros». Ellos, altos, fuertes y rubios, valerosos e incluso con poderes mágicos; ellas, de gran belleza, también rubias y de tez blanca, solían dedicar su tiempo a la hechicería. Aún a día de hoy en alguna aldea se habla de los «mouros». Se cuenta que si das una patada a una piedra de un dolmen, con suerte podremos abrir una brecha que va directa al inframundo donde estos seres habitan, donde podremos encontrarlos rodeados por tesoros de todo tipo. Consecuencia de todo esto es que muchos de los dólmenes de Galicia fueron expoliados, en la búsqueda de tesoros, o en la búsqueda de losas que más tarde formarían parte de los muros de las fincas.
En la Finca da Quintenla, durante las obras de instalación de las cabañas, la limpieza del monte, etc. fuimos encontrándonos con grandes losas que nos recordaban a estos antiguos dólmenes, y con la idea de poder recrear este mundo mágico, casi transcendental, del neolítico, decidimos recrear uno de estos antiguos túmulos funerarios.
Nuestro dolmen está construido a la antigua usanza, de manera poligonal, formado por siete grandes losas verticales, alguna de ellas enterrada hasta metro y medio, y una losa haciendo de puerta. Con cámara «funeraria», aunque aquí no tenemos intención de enterrar a nadie, y un corredor o pasillo que le da acceso. Lo hemos situado en la parte más alta de la finca, y como los verdaderos dólmenes, su corredor está orientado hacia la salida del sol, y por tanto, mirando desde el corredor hacia el interior, a la cámara, miraríamos al ocaso.
Justo enfrente de nuestro dolmen, nos encontramos uno de nuestros rincones mágicos preferidos, la Piedra de Enamorar, aún no sabéis qué es? Pues estad atentos que pronto os hablaremos de ella en una nueva entrada de blog.
Cabanas sen barreiras continúa co traballo desenvolvido por Do Artesanato nos últimos anos. Contará con seis aloxamentos singulares entre as árbores, ecolóxicos e respectuosos có medio ambiente e coa singularidade de estar perfectamente adaptados a colectivos con diferentes discapacidades.
Combina a oferta de actividades de turismo mariñeiro activo vinculadas co litoral, o río e a natureza cun complemento de aloxamentos singulares entre as árbores, ecolóxicos e respectuosos có medio ambiente.
Para levar adiante este proxecto contamos co apoio financeiro da Unión Europea , recibindo axuda do Fondo Europeo Marítimo e da Pesca e da Consellería do Mar.