Una Navidad en Galicia
Ya sabéis que una de nuestras pasiones es recuperar las tradiciones más ancestrales de nuestra zona y del resto de Galicia.
Por si alguno tiene dudas, sí, la Navidad en Galicia también tiene sus particularidades, ya que mucho antes de que la Navidad fuese una celebración cristiana, ya los celtas y otros pobladores de nuestra tierra festejaban los últimos días del año.
El 21 de diciembre, con la llegada del solsticio de inverno, los celtas celebraban la fiesta del Alban Arthuan o Yule, hasta que tiempo más tarde, el cristianismo comenzó a celebrar la fiesta del nacimiento de Jesús por las mismas fechas, incluso adoptando hábitos profanos en el seno de las fiestas cristianas de Navidad.
De aquellos tiempos todavía quedan en Galicia algunas tradiciones paganas, como decorar el árbol con símbolos astrales como estrellas y lunas; encender una vela durante 12 horas para honrar a la tierra, utilizando restos de la vela del año anterior; o echar al fuego de casa un tronco de roble y guardar las cenizas en un rincón de casa ya que éstas tienen propiedades mágicas.
Hacia las zonas del interior, en lo alto de las montañas de la provincia de Lugo, conocen bien al «Apalpador» (el que toca con la mano), un personaje un tanto curioso. Se trata de un gigante, de oficio carbonero, que en Navidad baja a los pueblos para asegurarse de que los niños están bien alimentados, tocándole las barrigas. En este caso, la leyenda no tiene un origen mágico, de tiempos de castros y «mouros», si no que más bien, el origen fue el hambre que pasaron en estas tierras en tiempos de guerra y posguerra. Esta tradición, que estuvo perdida durante décadas, se está recuperando, y si bien Outes no es un lugar predilecto para el Apalpador, por estar en el mar y no en la montaña, nos alegramos mucho de que haya iniciativas como esta.
En nuestra zona, lo que sí estamos recuperando son las «Panxoliñas». Sabéis que «panxoliña» y «villancico» no es lo mismo? Muchos pensaréis que sí, pero lo cierto es que son dos tipos de cánticos con pequeñas diferencias. Mientras los villancicos son cantos populares que se cantan en las iglesias, las «panxoliñas» son también cantos populares, pero de temática religiosa, que se cantan por la calle, en los pueblos, ante el Belén y siempre en Navidad. Se sabe de su existencia desde el siglo XV, ahí e nada!
Con diferencias o no, lo cierto es que panxoliñas, villancicos, nadais y cantos de nacemento alegraban las villas gallegas en las frías noches de Navidad, siempre bien acompañados con pandereteiras y gaiteiros, que paseaban por las calles reclamando su «aguinaldo». Se trata de una paga, á veces en forma de castañas y otras viandas, y á veces, en forma de dinero que luego se gastarían en las fiestas patronales.
La Asociación Xente de San Orente, fiel a su hábito de recuperar viejas tradiciones, esta Navidad estará pidiendo su aguinaldo por las casas de la aldea, siendo los más pequeños los encargados de cantar las «panxoliñas». No sabemos que cánticos entonarán, lo que sí sabemos es que no les faltará comida que llevarse a la boca. Si queréis verlos, estarán a partir de las 4 de la tarde por los lugares de Banzas, Areosa, Poza, Farrapa, Lugar de Arriba, Mosteiro… podéis encontrar más información en su facebook.
Desde Cabanas sin Barreras queremos desearos una muy Feliz Navidad, y ah! no os olvidéis!, la noche de Navidad, después de la cena, dejad la mesa sin limpiar, la comida que sobre será para las almas de los difuntos de la familia. Tampoco barráis la cocina, para que no entren las «meigas» porque «habelas, hailas».